Fruto de nuestra intensa relación con los pequeños pacientes oncológicos, detectamos que la caida del pelo debida a los tratamientos de quimio les hace sentir mal y eso les desanima enormemente. Sabemos que la mejora en su estado de ánimo influye positivamente en su forma de encarar su proceso de curación.
Así que nos pusimos a pensar, pensar y pensar... y creamos los Baby Pelones, los muñecos más bonitos del mundo.
Una forma de hacer visibles la esperanza y las necesidades de un niño enfermo de cáncer. Una forma de decirles, en bajito y con delicioso olor a vainilla, que nunca estarán solos.